Por mucho que intentamos planificarnos y ajustarnos a las cantidades que necesitamos, siempre acabamos cocinando de más y las sobras son habituales en las mesas navideñas. La cocina de aprovechamiento es una solución muy interesante para no desperdiciar nada, y sacar el máximo rendimiento a lo que nos haya podido quedar de los menús propios de la Navidad. Ensaladas, croquetas, sopas y cremas… Recetas sencillas que dan mucho juego con las que no dejaremos ni rastro de las sobras de carne, pescado, verduras o incluso postres. ¡Toma nota!
26 de diciembre: ensalada ligera con trocitos de marisco
¿Que te parece dar una segunda vida a las gambas, langostinos, berberechos, mejillones…? Los trocitos de marisco pueden transformarse en una ensalada fresca y ligera; una idea perfecta para darle un respiro al organismo.
27 diciembre: croquetas con… lo que haya
Caldo de navidad, pescado, ave, carne… Son muchos los excedentes que pueden servirte para elaborar unas ricas croquetas, que te apañarán la comida del 27 de diciembre y el tupper para la vuelta a la oficina (recuerda que se pueden congelar).
Mejor cocinarlas en la Airfryer que en la freidora, y con harina integral en vez de refinada. Estos dos matices subirán su calidad nutricional.
Además de croquetas te proponemos esta receta de buñuelos de merluza y brócoli. Prueba a versionarla con los más peques, es muy sencilla, la merluza puede sustituirse por cualquier otro pescado que te haya quedado.
28 de diciembre: crema de guarnición (perdón, de verduras)
No es necesario complicarse en la cocina, las cremas son una manera perfecta de aprovechar esas verduras y hortalizas que han servido de guarnición al plato principal o ensaladas sobrantes sin aliñar. Una idea socorrida y muy apropiada para el frío. Dura un par de días en la nevera, y también se puede congelar. Te sacará de un apuro en cualquier momento.
29 de diciembre: pimientos rellenos con restos de carne o ave
Cordero, cochinillo, pavo… Con una cremosa bechamel las carnes se adaptan de maravilla para elaborar el relleno de unos exquisitos pimientos de piquillo. Deliciosos y muy versátiles, brindan la oportunidad perfecta para poner en práctica la cocina de aprovechamiento.
30 de diciembre: sopa posnavideña.
Degustar un nutritivo caldo con los restos de pescado, carne o ave que hayamos acumulado, puede ser muy gratificante. Esta sopa post navideña, amén de alimentar e hidratar, aporta colágeno y gelatina (si se ha cocinado con huesos) y es de fácil digestión. Un chute de minerales para un sistema digestivo que a buen seguro andará pidiendo mimos.
31 de diciembre: dulces, una transformación creativa
Desde los más clásicos a la gran variedad de sabores y texturas que podemos encontrar, son pocas las casas en las que no se haya colado alguna tableta de turrón. Servida en meriendas o como postre en cenas y banquetes, tiene sus propios trucos de consumo y conservación.
¿Y si hemos calculado de más..? ¿Cómo aprovechar polvorones, mazapanes, mantecados o turrones? Por suerte, existen trucos para darle una segunda vida a estos manjares dulces: convierte el mazapán en mousse, el turrón en galletas o los polvorones en bizcochos con estas creativas recetas.
Otros tips para no desperdiciar comida
En primer lugar, no hagas la compra de memoria. Antes de aventurarte al supermercado, revisa bien lo que tienes en casa y haz una lista detallada de lo que necesitas, pensando en las porciones justas.
Una vez pasadas las fechas clave, haz que el congelador sea tu gran aliado en la encomiable tarea de aprovechar alimentos. Congela porciones individuales de tus sobras para tener comidas rápidas en el futuro. Carne, pescado o salsas pueden congelarse perfectamente, para degustar posteriormente con ensaladas o verduras. Pon la fecha en cada tupper: así podrás ir dando prioridad a los alimentos que llevan más tiempo congelados.
¿Y qué hacemos con el pan?
El pan duro tiene múltiples aplicaciones. Durante unos días te servirá para tostar y tomar en el desayuno con un poco de aceite de oliva, también puedes convertirlo en croutons para dar un toque crujiente a tus cremas y ensaladas, sumergirlo en leche y huevo y hacer unas ricas torrijas o incluso cocinar un delicioso pastel de pan con canela y naranja. El límite es tu imaginación.
No queda duda, reutilizar es siempre una opción sostenible, que además fomenta el ahorro familiar y desarrolla nuestra creatividad. ¿Te sumas a la cocina de aprovechamiento?
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