Al estar coagulada, la cuajada resulta algo más digestiva que la leche.
Cuando la leche recién ordeñada se deja en reposo, los componentes de la leche se separan espontáneamente en nata o crema, suero y cuajada. Por tanto, encontramos dos variedades de cuajada, la que se obtiene de forma espontánea o natural y la obtenida por coagulación.
La primera apenas contiene nata ni suero y es muy rica en proteínas lácteas (caseínas) y minerales como el calcio.
La cuajada obtenida por coagulación, la de mayor consumo, se obtiene mediante la adición de cuajo (renina), generalmente animal (procedente del estómago de mamíferos rumiantes), a la leche de vaca u oveja pasteurizada, a una temperatura de unos 35ºC, dejándola en reposo durante unos 30 minutos. Contiene una parte del suero, crema y también es rica en caseínas y calcio.
La cuajada puede consumirse tal cual o bien ser utilizada para la elaboración de quesos eliminando el suero.
Propiedades nutricionales
Es muy similar al de la leche de la cual procede; contiene lactosa (azúcar propio de la leche), es rica en proteínas de alto valor biológico, calcio de fácil asimilación, vitaminas del grupo B (especialmente, B2 o riboflavina) y vitaminas liposolubles A y D. En cuanto a su contenido graso, si la cuajada procede de leche de oveja, éste es casi el doble que si la leche es de vaca.
Ventajas e inconvenientes de su consumo
La cuajada, así como la leche y otros lácteos son alimentos con excelentes cualidades nutritivas, con beneficios para la salud en todas las etapas de la vida, de fácil consumo, y en su conjunto, de fácil digestión. Se recomienda un consumo de lácteos de entre 1 y 3 raciones diarias.
Por estar coagulada, la cuajada resulta algo más digestiva que la leche líquida, lo que explica que esté especialmente recomendada en personas que tienen el estómago delicado.
Por otro lado, no se aconseja su consumo en caso de intolerancia a la lactosa, diarrea aguda y, deben excluirla de su dieta las personas que tienen alergia a la proteína de la leche de vaca.